jueves, 26 de julio de 2007

Aguas residuales contaminan el río Cesar

Aguas residuales contaminan el río Cesar

Por MIGUEL BARRIOS
Tomado de El Heraldo

La contaminación en el río Cesar se manifiesta visualmente. Los pescadores ven pasar las espumas de las aguas residuales de la laguna de oxidación de Valledupar. Fotos Hernando Vergara

La Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, ha conminado en varias oportunidades a la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, a que adelante gestiones pertinentes para mejorar la operación del tratamiento de aguas residuales en la laguna de oxidación aledaña al río Cesar, debido a que el vertimiento de las mismas al afluente está ocasionando un grave daño al ecosistema.

De hecho, dijo el director de Corpocesar, Virgilio Calderón Peña, las nuevas lagunas de maduración que operan en el sistema de tratamiento de residuos son producto de los requerimientos de la entidad para que se mitigue el impacto ambiental sobre uno de los principales recursos hídricos en el norte del Cesar.

Y es que el grado de contaminación de las aguas de río Cesar se evidencia, a consideración de los pescadores de la zona, en el mal sabor de los peces —hasta el punto que no pueden ser consumidos—, sin incluir los fuertes olores que expelen de la actividad de la laguna de oxidación y que sienten todos los viajeros que transitan por la carretera que comunica al municipio de La Paz, por la curva de El Salguero.

Rafael Carrillo, quien durante los últimos 10 años se ha dedicado a la pesca en el río Cesar como actividad para el sustento de su familia, indicó que “en época de verano la situación se pone peor, porque el bajo caudal del río impide que la corriente arrastre con las aguas negras que caen, por lo que los pescados adquieren un sabor raro, por lo que uno prefiere no sacarlos del agua porque no se venden”.

“El río está bastante contaminado, el pescado hay que cogerlo en época de creciente porque en verano sale malo”, dijo Carrillo, quien en una pequeña chalupa recorre corriente arriba para conseguir las especies bocachico y comelón, que comercializa en las cabeceras urbanas de La Paz y Valledupar.
Además, es notorio el daño de la ‘trampa’ de espumas que controla la caída de las mismas al río, espumas producto de la actividad del lavado de ropa y vehículos que cotidianamente hacen los habitantes en la capital del Cesar y que van a dar al afluente, ahora con mayor intensidad desde que en el pasado invierno la corriente afectó la estructura.

Virgilio Calderón indicó que Corpocesar presentó un plan de saneamiento y manejo de vertimiento en los ríos Cesar y Guatapurí, precisamente por la contaminación que registran los afluentes. “Es un plan a largo plazo, unos 20 años, en el que Emdupar se compromete a destinar recursos para mejorar el sistema de tratamiento de aguas residuales y adelantar una serie de acciones que disminuyan el impacto ambiental en los sistemas El Tallural, en el Guatapurí; y El Salguero, en el Cesar. Esto representa una inversión que supera los 40 mil millones de pesos”.

Sin embargo, manifestó que la Corporación Autónoma Regional del Cesar adelanta un monitoreo permanente en los ríos, antes y después de los vertimientos, y ha detectado que los parámetros superan los valores establecidos en el Decreto 1594 de 1984 que regula el vertimiento de aguas residuales en los afluentes.

Y tal como lo dijo el pescador Rafael Carrillo desde su análisis empírico, el Director de Corpocesar precisó que efectivamente en temporada de verano, cuando se presentan menores caudales, el río pierde capacidad de disolución de los vertimientos, lo que eleva más el impacto contaminante y genera dificultades en actividades como la pesca y el suministro de agua para el consumo doméstico.

No obstante, el ingeniero ambiental Robert Montaño, al servicio de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, sostuvo que Emdupar adelanta labores de control de calidad de aguas residuales tomando muestras río abajo y río arriba, con un equipo multiparámetro, para determinar que la carga orgánica y de coliformes fecales estén en el marco de los parámetros del Decreto 1594 de 1984, tomando medidas y llevando a cabo acciones cuando estas superan los valores.